domingo, 18 de octubre de 2020

La trinidad.

 

Prefacio.

Si verdaderamente hay causa de disrupción entre la comunidad cristiana, esta es la exégesis de la trinidad. Dispongo a los seguidores de *Forum Cristiano* presente análisis que expone, a mi juicio, suficientes probanzas bíblicas para constatar la trinidad de Dios.

Fuentes bíblicas que corroboran la trinidad.

Mal creen los sandios en materia escritual que esta cuestión se remite a la doctrina católica. Nada más lejos de la realidad, mas porque meramente el atenerse al Antiguo Testamento concluye en una verdad palmaria en relación con la trinidad. De esta forma, en Deuteronomio 6:4, Dios enfatiza: 

“Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es.”

Lo cual en hebreo se traduciría en:

 "Shemá Israel, Adonai Eloeinu, Adonai Ejad"

“Ejad“ translitera a la palabra “uno” en español, no obstante, susodicho vocablo en hebreo se traduciría literalmente por “unidad conformada por varias unidades”. Así, desde buen principio Dios se nos presenta como un conjunto de unidades, no como una única entidad.

La palabra Ejad también aparece en el génesis para referirse a la “una sola carne” que componen Adán y Eva [Génesis 2:24].

Asimismo, la palabra Ejad  también aparece en Números para sacar a colación el gran racimo de uvas – que como bien sabemos, es una unidad conformada por varias unidades – que  testimoniaron los espías al retornar de la tierra prometida. [Números 13-23:24]

Partiendo de antedichas evidencias, no resulta extraño apreciar cómo Dios se presenta a sí mismo en plural, tal y como ocurre en el Génesis, pasaje 1:26:

“Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra”

De esta misma forma, Dios vuelve a hacer mención de sí mismo en plural en Génesis  11:7:

Ahora, pues, descendamos, y confundamos allí su lengua, para que ninguno entienda el habla de su compañero.

 

Hemos refrendado, a través del pentateuco, la constitución de Dios como una conformación de varias unidades; la trinidad, que es Padre, Hijo y Espíritu Santo, también se abarca en resto del Antiguo Testamento, en que se alude a la figura del Hijo como parte de Dios. No es serendipia, que las profecías mesiánicas de Isaías apunten a la figura de Jesús como un “Dios Fuerte, Padre Eterno” [Isaías 9:6]. Por añadidura, en el texto hebreo original, dicha alusión se translitera en “Ἐl Guibbor”, término con que sólo se refiere a Dios en el Antiguo Testamento.

De manera bien significativa, las profecías de Zacarías vaticinan que Jehová – y no otro más que Él – sería vendido por treinta monedas de plata, obviando su condición mesiánica [Zacarías 11:12-13] y que también “se afirmarán sus pies en aquel día sobre el monte de los Olivos” [Zacarías 14:3-5]. Así también, Isaías profetiza la llegada de Dios para el perdón de los pecados de Israel [Isaías 40].

Decía el profeta Daniel “y he aquí con las nubes del cielo venía uno como un hijo de hombre” [Daniel 7:13-14] , cuando cosa semejante a venir entre las nubes, sólo puede arrogarse a la figura de Iahvé en el Antiguo Testamento.

Era pues, Jesucristo juzgado ante los judíos por identificarse con el hijo de Dios, consiguientemente, por identificarse con el propio Dios. No fueron otras las razones por las que condenado reo de muerte.

Aditamentos al estudio.

Ha discurrido en *Forum Cristiano* el dictamen de que Jesucristo fuere una suerte de dios menos poderoso que Iahvé. Tal cosa se desmiente flagrantemente desde buen principio en presente análisis, puesto que el autor ha procurado exponer en primera instancia el precepto de Deuteronomio 6:4.

Coadyuvo la evidencia citando a Isaías 43:10:

“Vosotros sois mis testigos, dice Jehová, y mi siervo que yo escogí, para que me conozcáis y creáis, y entendáis que yo mismo soy; antes de mí no fue formado dios, ni lo será después de mí.”

Es porque Dios es uno, que Padre, Hijo y Espíritu Santo son venerados de igual manera por los ángeles, gozando de la misma dignidad. [Hebreos 1:6]

Ratifica Juan en su versículo 12, que la gloria prestada al Padre es la misma que la prestada a Jesús.

En definitiva, queda esclarecida la trinidad, así como también la inexorable unión de Padre, Hijo y Espíritu en una sola entidad que es Dios.

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