sábado, 12 de febrero de 2022

Eva no fue una traidora manifiesta



Los cristianos - y no tan cristianos - tienen la idea generalizada de que Eva principió el pecado original traicionando activamente a Dios, recayendo sobre ella una maldición que luego relevó a Adán y por extensión al resto de su descendencia: el pecado original. Esta interpretación dista en buena medida a la manera en que Eva afrontó el engaño de Satanás.

Satanás, astuto arcángel caído, se presentó a Eva cuando se encontraba lejos de su marido; su situación , muy vulnerable, lo era incluso más tratándose de la primera mujer del mundo, por entonces libre de pecado y carente de experiencia. 

Así, la serpiente sembró el virus de la duda en Eva sirviéndose de una mentira "Conque Dios os ha dicho: no comáis de todo árbol del huerto". A lo que ella rápidamente, cerciorándose de su mentira, replicó "Del fruto de los árboles del huerto podemos comer; pero del fruto del árbol que esta en el medio del huerto dijo Dios: no comeréis".  No obstante, duda de Satanás logró corromper a Eva, haciéndola creer que había interpretado incorrectamente a Dios.

Ello significa que Eva ignoraba que esa serpiente fuera la encarnación del diablo: tenía, sin embargo,  la certeza de que se trataba de un ángel que se le había revelado para rectificarla. 

Por consiguiente, no se dejó tentar por la vanidad que le proporcionaría "ser como Dios", simplemente accedió a una nueva interpretación de las ordenanzas de Dios, con la confianza de que aquello que estaba haciendo era bueno. 

  








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