miércoles, 4 de agosto de 2021

Estudio: Padre Nuestro

Llegado el momento de orar, muchos de nosotros incurrimos inconscientes en las "vanas repeticiones" que Jesús achacaba a los gentiles. Nos apresuramos a rezar el Padre Nuestro, aún a pesar de que parte no pequeña de los cristianos desconocemos el abundante sustrato espiritual que emana de las inerrantes palabras de Jesucristo, en especial, de la oración del Padre Nuestro.


A raíz de una inqusición proveniente de uno de sus discípulos, Jesús dispone en impartir y preceptuar la correcta forma de oración en Lucas 10:38. Dicha enseñanza magistral concluiría en el Padre Nuestro. Sin embargo, no fue en Lucas 10:38 sino durante el Sermón del Monte (Mateo 6:5)  la primera vez en que Jesús enunció esta oración. 

Es una oración destinada a los apóstoles y , por ende, ideal para las congregaciones cristianas. 

LA ORACIÓN

Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre

Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra.

El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy.

Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores.

Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal; porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos. Amén.

El Padre Nuestro se divide en seis peticiones, tres de ellas van dirigidas a Dios, y tres responden a las necesidades humanas. En su composición gramática domina la primera persona del plural

Presente estudio dividirá la oración en dos partes: la primera comprende las tres peticiones dirigidas a Dios, y la segunda las tres peticiones sobre el hombre.


PETICIONES DIRIGIDAS A DIOS

  • Padre: No es tirano ni vindicador nuestro, sino PADRE y ALIADO del hombre. No somos hijos de él sino por su Hijo, pues los hijos de Dios están bajo el Hijo unigénito de Dios; somos hijos de Dios si estamos en el Hijo de Dios . 
  • Nuestro: Nótese el uso de la primera persona del plural; implica comprender la presencia en convivencia con tus hermanos en la fe, en un sentimiento de fraternidad y amor por el mismo Padre.
  • Santificado sea tu nombre: Esta petición no refiere exactamente a la santificación de Dios, sino a la reverencia de su nombre en el mundo. Es decir, la insuflación del temor de Dios sobre los incrédulos que lo aborrecen - como fue el caso de Saulo de Tarso -.  Claro está que el temor de Dios no será pleno en el mundo hasta la edad venidera, cuando acontezca la Segunda Venida de Jesucristo y funde el Reino en la Nueva Tierra.  
  • Venga tu Reino: Jesucristo despojó de sus bienes - siervos - al hombre fuerte - Satanás -  en la fundación de su Reino durante su Primera Venida.

Ninguno puede entrar en la casa de un hombre fuerte y saquear sus bienes, si antes no le ata, y entonces podrá saquear su casa.

Marcos 3:27 

Por consiguiente, no hay conversión si no es por el Reino de Dios personificado en Jesucristo; por el Reino de Dios, está siendo santificado el nombre del Padre. 

  •  Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra:  Existen dos dimensiones o voluntades de Dios: la voluntad de Dios en el cielo,  cuyo cumplimiento es pronto y diligente y la voluntad de Dios en la tierra, que se ejecuta según el libre albedrío de los hombres. Esta petición apela a Dios, para que la Iglesia  se someta a su voluntad; y con ella, el mundo entero se postre ante Él. 
ADDENDA: La voluntad decretiva y preceptiva de Dios. La voluntad decretiva - la perteneciente al cielo-  y la voluntad preceptiva - la perteneciente a la tierra -. Esta segunda está supeditada a la primera, aún a pesar del libre albedrío con el cual los seres humanos determinamos nuestras propias decisiones. El ejemplo más claro es la muerte de Cristo: Judas y los romanos transgredieron la voluntad preceptiva de Dios, pero la voluntad decretiva fue cumplida

 

PETICIONES QUE RESPONDEN A LAS NECESIDADES DE LOS HOMBRES

  • El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy: Dios no está desligado del plano material, y promete pan para quiénes creen en su palabra. Ese un pan "nuestro" - a decir verdad, todo es suyo - que nos ha sido regalado es el objeto de esta petición. 
  • Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores: el cometido del evangelio vira en torno a una premisa máxima: dar testimonio de la "buena noticia", es decir, del perdón de los pecados de los hombres a través de la figura salvadora de Jesucristo, por cuyo sacrificio hemos sido redimidos. La palabra "como" no implica causalidad, pues la salvación no proviene de las obras sino de la Fe. 
Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe

Efesios 2:8-9

  •  Y no nos metas en tentación: Dios no tienta. 
Cuando alguno es tentado, no diga que es tentado de parte de Dios; porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni él tienta a nadie. 

Santiago 1:13

La traducción más cabal de este versículo es: "Guíanos, no a la tentación, sino lejos de ella. A la justicia."

  • Mas líbranos del mal: Constituye el colofón de la oración, y apunta que guardar el cumplimiento de las susodichas 5 peticiones  nos llevará a la liberación del mal en nuestras vidas: primero santificando y temiendo el nombre de Dios, rogando que se haga la voluntad de Dios en el mundo, que venga su reino, y dando gracias por el sustento de pan y vida que Él nos ha dado. 


Jesús reprueba las vanas repeticiones, no así la importunidad e insistencia para con Dios. Tal y como queda patente en la parábola del amigo que acude a otro en medianoche para pedir prestados tres panes:

Quién de vosotros que tenga un amigo, va a él a medianoche y le dice: Amigo, préstame tres panes, porque un amigo mío ha venido a mí de viaje, y no tengo qué ponerle delante; y aquél, respondiendo desde adentro, le dice: No me molestes; la puerta ya está cerrada, y mis niños están conmigo en cama; no puedo levantarme, y dártelos?  
Os digo, que aunque no se levante a dárselos por ser su amigo, sin embargo por su importunidad se levantará y le dará todo lo que necesite.  
Y yo os digo: Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá.  
¿Qué padre de vosotros, si su hijo le pide pan, le dará una piedra? ¿o si pescado, en lugar de pescado, le dará una serpiente? ¿O si le pide un huevo, le dará un escorpión? Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan? 

Lucas 11:5-13

 

 

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