viernes, 13 de noviembre de 2020

Diferencias entre Calvino y Lutero.

 Definición de De Lutero a Calvino, Qué es, su Significado y Concepto

En presente artículo expondremos las diferencias entre Lutero y Calvino: 

  • Lutero perteneció a la primera generación protestante, mientras que Calvino a la segunda; esto determina  la preeminencia intelectual de Calvino, que fundamentó y aceró su dogma asentándolo sobre las disertaciones de Lutero en relación con la Fe cristiana. 
  • Las dilucidaciones de Lutero constituían en su mayoría contenciosos teológicos o disquisiciones constreñidas al marco de su cronología y localización. Calvino, como intelectual, abarcó en su mayoría cuestiones trascendentales, extrapolables al margen de la temporalidad y la situación territorial. 
  • Caracterizaba a Lutero su extroversión, que contrastaba con la introversión de Calvino. Desempeñó así, este primero, un activo ministerio pastoral; la persuasión que ejercía mediante corazón y carisma encandilaba a sus adeptos. Calvino se decantó por una vida de retraimiento y floreciente desarrollo intelectual; se servía de la razón para persuadir a sus adeptos.
  • El principio fundamental que argüía Lutero estribaba en la justificación del pecador: puesto que jamás el hombre puede ser salvo a través de sus obras, y este necesita del perdón de Dios para ascender al Reino de los Cielos. Este dictamen desvirtuaría las concepciones ulteriores a Lutero,  denominadas antropocéntricas, que propiciarían una degeneración del cristianismo pretendiendo que este fuera adecuado a la forma del hombre. Calvino  postuló que el más importante principio que sustentaba la Fe era la gloria de Dios, entroncada al perdón de los pecados por medio del reconocimiento de la salvación venida por gracia del sacrificio de Dios. 
  • Calvino remitía el ritual de la eucaristía a una mera conmemoración en virtud de la salvación por medio de Jesucristo - que estaría presente espiritualmente -. Lutero, a diferencia de Calvino, creía en la presencia de Dios en el pan y el vino; no obstante, descartaría el dogma católico de la transustanciación. 
  • Lutero comprende a la iglesia como un brazo constituyente del estado: el soberano ostentaría el título de regidor espiritual. Esto, a diferencia de Calvino, que comprendería a la iglesia como una institución independiente segmentada en comunidades que, en suma, constituirían su totalidad.
  • Lutero reconocía el bautismo como el sacramento por el cual se confiere el perdón de los pecados. Calvino, reconoce el bautismo como un ritual simbólico, representativo de la introducción al pacto de Dios. 
  • Lutero resaltaría la naturaleza condenadora de la ley, que exhortaría al creyente a aferrarse al perdón de Dios. Por contra, Calvino subraya la santificación a través de la ley, que consagraría al individuo.

domingo, 18 de octubre de 2020

La trinidad.

 

Prefacio.

Si verdaderamente hay causa de disrupción entre la comunidad cristiana, esta es la exégesis de la trinidad. Dispongo a los seguidores de *Forum Cristiano* presente análisis que expone, a mi juicio, suficientes probanzas bíblicas para constatar la trinidad de Dios.

Fuentes bíblicas que corroboran la trinidad.

Mal creen los sandios en materia escritual que esta cuestión se remite a la doctrina católica. Nada más lejos de la realidad, mas porque meramente el atenerse al Antiguo Testamento concluye en una verdad palmaria en relación con la trinidad. De esta forma, en Deuteronomio 6:4, Dios enfatiza: 

“Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es.”

Lo cual en hebreo se traduciría en:

 "Shemá Israel, Adonai Eloeinu, Adonai Ejad"

“Ejad“ translitera a la palabra “uno” en español, no obstante, susodicho vocablo en hebreo se traduciría literalmente por “unidad conformada por varias unidades”. Así, desde buen principio Dios se nos presenta como un conjunto de unidades, no como una única entidad.

La palabra Ejad también aparece en el génesis para referirse a la “una sola carne” que componen Adán y Eva [Génesis 2:24].

Asimismo, la palabra Ejad  también aparece en Números para sacar a colación el gran racimo de uvas – que como bien sabemos, es una unidad conformada por varias unidades – que  testimoniaron los espías al retornar de la tierra prometida. [Números 13-23:24]

Partiendo de antedichas evidencias, no resulta extraño apreciar cómo Dios se presenta a sí mismo en plural, tal y como ocurre en el Génesis, pasaje 1:26:

“Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra”

De esta misma forma, Dios vuelve a hacer mención de sí mismo en plural en Génesis  11:7:

Ahora, pues, descendamos, y confundamos allí su lengua, para que ninguno entienda el habla de su compañero.

 

Hemos refrendado, a través del pentateuco, la constitución de Dios como una conformación de varias unidades; la trinidad, que es Padre, Hijo y Espíritu Santo, también se abarca en resto del Antiguo Testamento, en que se alude a la figura del Hijo como parte de Dios. No es serendipia, que las profecías mesiánicas de Isaías apunten a la figura de Jesús como un “Dios Fuerte, Padre Eterno” [Isaías 9:6]. Por añadidura, en el texto hebreo original, dicha alusión se translitera en “Ἐl Guibbor”, término con que sólo se refiere a Dios en el Antiguo Testamento.

De manera bien significativa, las profecías de Zacarías vaticinan que Jehová – y no otro más que Él – sería vendido por treinta monedas de plata, obviando su condición mesiánica [Zacarías 11:12-13] y que también “se afirmarán sus pies en aquel día sobre el monte de los Olivos” [Zacarías 14:3-5]. Así también, Isaías profetiza la llegada de Dios para el perdón de los pecados de Israel [Isaías 40].

Decía el profeta Daniel “y he aquí con las nubes del cielo venía uno como un hijo de hombre” [Daniel 7:13-14] , cuando cosa semejante a venir entre las nubes, sólo puede arrogarse a la figura de Iahvé en el Antiguo Testamento.

Era pues, Jesucristo juzgado ante los judíos por identificarse con el hijo de Dios, consiguientemente, por identificarse con el propio Dios. No fueron otras las razones por las que condenado reo de muerte.

Aditamentos al estudio.

Ha discurrido en *Forum Cristiano* el dictamen de que Jesucristo fuere una suerte de dios menos poderoso que Iahvé. Tal cosa se desmiente flagrantemente desde buen principio en presente análisis, puesto que el autor ha procurado exponer en primera instancia el precepto de Deuteronomio 6:4.

Coadyuvo la evidencia citando a Isaías 43:10:

“Vosotros sois mis testigos, dice Jehová, y mi siervo que yo escogí, para que me conozcáis y creáis, y entendáis que yo mismo soy; antes de mí no fue formado dios, ni lo será después de mí.”

Es porque Dios es uno, que Padre, Hijo y Espíritu Santo son venerados de igual manera por los ángeles, gozando de la misma dignidad. [Hebreos 1:6]

Ratifica Juan en su versículo 12, que la gloria prestada al Padre es la misma que la prestada a Jesús.

En definitiva, queda esclarecida la trinidad, así como también la inexorable unión de Padre, Hijo y Espíritu en una sola entidad que es Dios.

lunes, 12 de octubre de 2020

¿Resucitó realmente Jesús?

Cristo triunfó sobre la muerte y con esto nos abrió las puertas del Cielo

¿Resucitó realmente Jesús? Para responder a esta pregunta adecuadamente, primeramente habríamos de cuestionarlos la propia existencia de Jesús, independientemente de si este resucitara o no.

Si bien Jesús cuenta con 4 biografías escritas 50 años después de su muerte (los Evangelios), también han sido numerosas las menciones que ha recibido de fuentes ajenas a la Biblia, comoTácito (el más importante historiador romano del s.I d.C), Flavio Josefo (s.Id.C), Plinio el Joven (s.II d.C), Policarpo (s.II d.C) o Justino Mártir (s.II d.C).

Por añadidura, Sexto Julio Africano (s.II d.C) reescribió un texto de Tayo, un historiador del año 50, que presenció la crucifixión de Cristo y describió la oscuridad de los cielos durante dicho proceso. 

 Si seguimos el mismo criterio académico que con el resto de figuras de la historia antigua (véase Alejandro Magno o Aristóteles), podemos estar dispuestos a afirmar la existencia de Jesús sin abrazar la menor duda. No podemos negar la existencia de Jesús, así como tampoco podemos negar la existencia del propio Diógenes (que tampoco dejó testimonio escrito alguno), por ejemplo.

Con respecto a la resurrección de Jesús, pueden plantearse tres hipótesis: 

 

-Los discípulos fueron engañados.

-Los discípulos fueron unos engañadores.

- Los discípulos dijeron la verdad.

 

Los discípulos fueron engañados.

Esta hipótesis es un absurdo inconsecuente; los judíos NO estaban interesados en que Jesús resucitara, pues ellos mismos se estarían poniendo en evidencia, ¿por qué engañarían a los discípulos entonces?¿Bajo qué pretensiones? De hecho, hasta los más acérrimos judíos(véase Saulo de Tarso) se convirtieron al cristianismo después de la resurrección de Jesús ¿acaso se creyeron su propia mentira? 

Los discípulos fueron unos engañadores.

Bien podían los judíos haber exhumado el cadáver de Jesús para desmentir la supuesta falsedad de la resurrección, sin embargo, ninguna disputa de esta índole se organizó por ninguna parte, ni hay documentos históricos que hagan referencia a ello. 

Al margen de todo esto, la historia de la resurrección de Jesús era totalmente inverosímil para un judío de la época. Por ejemplo, las primeras que atestiguaron la resurrección de Jesús fueron MUJERES (que a ojos de la cultura judía estaban completamente desprovistas de credibilidad). Si los apóstoles pretendían engañar a los discípulos de Jesús ¿por qué iban a decir que las mujeres fueron las primeras en ver a Cristo? ¿Por qué arruinar la credibilidad de una historia de manera tan burda?
 

Los apóstoles no tenían NADA EN LO ABSOLUTO que ganar predicando el evangelio, inclusive había leyes que les llevarían a la condena de muerte si es que predicaban semejantes ideas. ¿Por qué entonces iban a recurrir a un engaño? La tumba de Jesús se encontraba abierta, los enemigos de Cristo se vieron forzados a reconocer que el cadáver había desaparecido por completo al tercer día de su muerte. Recordemos que los guardias que custodiaban el sepulcro estaban provistos de armas, y muy difícilmente se podría haber accedido al interior sin que estos se dieran cuenta, pues una piedra de más de 150kg.Separaba el cadáver del exterior. ¿Qué clase de mentiroso estaría dispuesto a morir por su propia mentira? 

Los discípulos se sometían voluntariamente a la tortura y a la muerte antes de renunciar a sus creencias. Los sufrimientos de los primeros creyentes están HISTÓRICAMENTE ATESTIGUADOS. Estoy seguro de que 11 desgraciados jamás podrían haber confabulado una mentira de tales proporciones sin que la sinarquía farisea la hubiera desmontado antes.

Evangelio - Jesús en su casa.

Pensando que Jesús iba entre la gente, hicieron un día de camino; pero luego, al buscarlo entre los parientes y conocidos, no lo encontraron. Así que regresaron a Jerusalén para buscarlo allí. Al cabo de tres días lo encontraron en el templo, sentado entre los maestros de la ley, escuchándolos y haciéndoles preguntas. Y todos los que lo oían se admiraban de su inteligencia y de sus respuestas. Cuando sus padres lo vieron, se sorprendieron; y su madre le dijo: —Hijo mío , ¿por qué nos has hecho esto? Tu padre y yo te hemos estado buscando llenos de angustia. Jesús les contestó: —¿Por qué me buscaban? ¿No sabían que tengo que estar en la casa de mi Padre? Pero ellos no entendieron lo que les decía. 

Lucas 2:41-50

Presentóse Jesucristo en antedicho contexto: una Judea decadente, eclética; en que tanto podías encontrar judíos fieles a la Tora como paganos helenísticos, sumergida en una coyuntura política deplorable; los poderhabientes religiosos y políticos se hallaban inficionados de una rampante corrupción.
 

Los primeros años de Jesús no se diferenciaron respecto a los de cualquier judío contemporáneo a su tiempo. Celebraron sus padres el rito que enfatiza el Tanaj – lo circuncidaron y entregaron en oblación dos tórtolas o dos palominos, de lo cual se colige una situación económica desfavorecida –, y su vida transcurrió, hasta bien llegada la adultez, como aprendiz del oficio de José.
Manifestó incipiente interés por su vocación providencial, siendo que era capaz de leer Hebreo – como se constata, cuando oraba los textos de Isaías –, e inquiría a los sabios del templo.

domingo, 11 de octubre de 2020

Evangelio - Salvación

 Dijo también a unos que confiaban en que eran justos, y menospreciaban a los demás, esta parábola:«Dos hombres subieron al templo a orar. Uno era fariseo y el otro, publicano. El fariseo, en pie, oraba consigo mismo de esta manera:«Dios, te doy gracias, por que no soy como los otros hombres, ladrones, injustos, adúlteros, ni tampoco como este publicano. Ayuno dos veces a la semana, doy diezmos de todo lo que poseo». Sin embargo, el publicano, situado lejos, no quería ni siquiera alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo:«Dios, sé propicio a mí pecador». Os digo que éste descendió a su casa justificado mientras que el otro, no; porque cualquiera que se ensalza, será humillado; y el que se humilla, será ensalzado (Lucas ₁8:9-₁4).

Recordad que sólo podréis ser salvos, no a través de vuestro propio mérito, sino a través de la misericordia y el perdón de Dios. La salvación emana del reconocimiento de nuestros pecados, de la consciencia de que Dios nos perdonará en su infinita indulgencia. La soberbia religiosa de aquellos a los que replicó Jesús con la anteriormente citada parábola, constituye un pecado que no puede ser perdonado.
Es un pecado que no puede ser perdonado, porque no ha sido reconocido por el propio impenitente , en virtud de una fatuidad que autojustifica conductas no pocas veces, más que perniciosas.

Evangelio - El tesoro que es el Reino de Dios.

 Además, el reino de los cielos es semejante al tesoro escondido en el campo, que cuando es descubierto por un hombre, éste lo oculta, y lleno de alegría, va, y vende todo lo que tiene, y compra aquel campo. También el reino de los cielos es semejante al comerciante que va a la busca de buenas perlas y, tras encontrar, una perla de valor extraordinario, fue y vendió todo lo que tenía, y la compró (Mateo ₁3:44-46)

 Que el Reino de Dios es un hallazgo no menos maravilloso que el de aquel que pasea por un parque y, de repente, tropieza con una cartera en cuyo interior hay un millón de dólares. O como aquel que se ha pasado toda su vida trabajando sin recibir una satisfacción y, de repente, de la manera más inesperada, se encuentra con el negocio de su vida, uno que le permitirá retirarse a disfrutar de una existencia más grata que nunca. ¿Quién no se aferraría a una ocasión semejante? ¿Quién no recogería la cartera o asumiría la oportunidad de ese negocio? ¿Quién dejaría de reaccionar ante una fortuna semejante?

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