lunes, 12 de octubre de 2020

¿Resucitó realmente Jesús?

Cristo triunfó sobre la muerte y con esto nos abrió las puertas del Cielo

¿Resucitó realmente Jesús? Para responder a esta pregunta adecuadamente, primeramente habríamos de cuestionarlos la propia existencia de Jesús, independientemente de si este resucitara o no.

Si bien Jesús cuenta con 4 biografías escritas 50 años después de su muerte (los Evangelios), también han sido numerosas las menciones que ha recibido de fuentes ajenas a la Biblia, comoTácito (el más importante historiador romano del s.I d.C), Flavio Josefo (s.Id.C), Plinio el Joven (s.II d.C), Policarpo (s.II d.C) o Justino Mártir (s.II d.C).

Por añadidura, Sexto Julio Africano (s.II d.C) reescribió un texto de Tayo, un historiador del año 50, que presenció la crucifixión de Cristo y describió la oscuridad de los cielos durante dicho proceso. 

 Si seguimos el mismo criterio académico que con el resto de figuras de la historia antigua (véase Alejandro Magno o Aristóteles), podemos estar dispuestos a afirmar la existencia de Jesús sin abrazar la menor duda. No podemos negar la existencia de Jesús, así como tampoco podemos negar la existencia del propio Diógenes (que tampoco dejó testimonio escrito alguno), por ejemplo.

Con respecto a la resurrección de Jesús, pueden plantearse tres hipótesis: 

 

-Los discípulos fueron engañados.

-Los discípulos fueron unos engañadores.

- Los discípulos dijeron la verdad.

 

Los discípulos fueron engañados.

Esta hipótesis es un absurdo inconsecuente; los judíos NO estaban interesados en que Jesús resucitara, pues ellos mismos se estarían poniendo en evidencia, ¿por qué engañarían a los discípulos entonces?¿Bajo qué pretensiones? De hecho, hasta los más acérrimos judíos(véase Saulo de Tarso) se convirtieron al cristianismo después de la resurrección de Jesús ¿acaso se creyeron su propia mentira? 

Los discípulos fueron unos engañadores.

Bien podían los judíos haber exhumado el cadáver de Jesús para desmentir la supuesta falsedad de la resurrección, sin embargo, ninguna disputa de esta índole se organizó por ninguna parte, ni hay documentos históricos que hagan referencia a ello. 

Al margen de todo esto, la historia de la resurrección de Jesús era totalmente inverosímil para un judío de la época. Por ejemplo, las primeras que atestiguaron la resurrección de Jesús fueron MUJERES (que a ojos de la cultura judía estaban completamente desprovistas de credibilidad). Si los apóstoles pretendían engañar a los discípulos de Jesús ¿por qué iban a decir que las mujeres fueron las primeras en ver a Cristo? ¿Por qué arruinar la credibilidad de una historia de manera tan burda?
 

Los apóstoles no tenían NADA EN LO ABSOLUTO que ganar predicando el evangelio, inclusive había leyes que les llevarían a la condena de muerte si es que predicaban semejantes ideas. ¿Por qué entonces iban a recurrir a un engaño? La tumba de Jesús se encontraba abierta, los enemigos de Cristo se vieron forzados a reconocer que el cadáver había desaparecido por completo al tercer día de su muerte. Recordemos que los guardias que custodiaban el sepulcro estaban provistos de armas, y muy difícilmente se podría haber accedido al interior sin que estos se dieran cuenta, pues una piedra de más de 150kg.Separaba el cadáver del exterior. ¿Qué clase de mentiroso estaría dispuesto a morir por su propia mentira? 

Los discípulos se sometían voluntariamente a la tortura y a la muerte antes de renunciar a sus creencias. Los sufrimientos de los primeros creyentes están HISTÓRICAMENTE ATESTIGUADOS. Estoy seguro de que 11 desgraciados jamás podrían haber confabulado una mentira de tales proporciones sin que la sinarquía farisea la hubiera desmontado antes.

Evangelio - Jesús en su casa.

Pensando que Jesús iba entre la gente, hicieron un día de camino; pero luego, al buscarlo entre los parientes y conocidos, no lo encontraron. Así que regresaron a Jerusalén para buscarlo allí. Al cabo de tres días lo encontraron en el templo, sentado entre los maestros de la ley, escuchándolos y haciéndoles preguntas. Y todos los que lo oían se admiraban de su inteligencia y de sus respuestas. Cuando sus padres lo vieron, se sorprendieron; y su madre le dijo: —Hijo mío , ¿por qué nos has hecho esto? Tu padre y yo te hemos estado buscando llenos de angustia. Jesús les contestó: —¿Por qué me buscaban? ¿No sabían que tengo que estar en la casa de mi Padre? Pero ellos no entendieron lo que les decía. 

Lucas 2:41-50

Presentóse Jesucristo en antedicho contexto: una Judea decadente, eclética; en que tanto podías encontrar judíos fieles a la Tora como paganos helenísticos, sumergida en una coyuntura política deplorable; los poderhabientes religiosos y políticos se hallaban inficionados de una rampante corrupción.
 

Los primeros años de Jesús no se diferenciaron respecto a los de cualquier judío contemporáneo a su tiempo. Celebraron sus padres el rito que enfatiza el Tanaj – lo circuncidaron y entregaron en oblación dos tórtolas o dos palominos, de lo cual se colige una situación económica desfavorecida –, y su vida transcurrió, hasta bien llegada la adultez, como aprendiz del oficio de José.
Manifestó incipiente interés por su vocación providencial, siendo que era capaz de leer Hebreo – como se constata, cuando oraba los textos de Isaías –, e inquiría a los sabios del templo.

domingo, 11 de octubre de 2020

Evangelio - Salvación

 Dijo también a unos que confiaban en que eran justos, y menospreciaban a los demás, esta parábola:«Dos hombres subieron al templo a orar. Uno era fariseo y el otro, publicano. El fariseo, en pie, oraba consigo mismo de esta manera:«Dios, te doy gracias, por que no soy como los otros hombres, ladrones, injustos, adúlteros, ni tampoco como este publicano. Ayuno dos veces a la semana, doy diezmos de todo lo que poseo». Sin embargo, el publicano, situado lejos, no quería ni siquiera alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo:«Dios, sé propicio a mí pecador». Os digo que éste descendió a su casa justificado mientras que el otro, no; porque cualquiera que se ensalza, será humillado; y el que se humilla, será ensalzado (Lucas ₁8:9-₁4).

Recordad que sólo podréis ser salvos, no a través de vuestro propio mérito, sino a través de la misericordia y el perdón de Dios. La salvación emana del reconocimiento de nuestros pecados, de la consciencia de que Dios nos perdonará en su infinita indulgencia. La soberbia religiosa de aquellos a los que replicó Jesús con la anteriormente citada parábola, constituye un pecado que no puede ser perdonado.
Es un pecado que no puede ser perdonado, porque no ha sido reconocido por el propio impenitente , en virtud de una fatuidad que autojustifica conductas no pocas veces, más que perniciosas.

Evangelio - El tesoro que es el Reino de Dios.

 Además, el reino de los cielos es semejante al tesoro escondido en el campo, que cuando es descubierto por un hombre, éste lo oculta, y lleno de alegría, va, y vende todo lo que tiene, y compra aquel campo. También el reino de los cielos es semejante al comerciante que va a la busca de buenas perlas y, tras encontrar, una perla de valor extraordinario, fue y vendió todo lo que tenía, y la compró (Mateo ₁3:44-46)

 Que el Reino de Dios es un hallazgo no menos maravilloso que el de aquel que pasea por un parque y, de repente, tropieza con una cartera en cuyo interior hay un millón de dólares. O como aquel que se ha pasado toda su vida trabajando sin recibir una satisfacción y, de repente, de la manera más inesperada, se encuentra con el negocio de su vida, uno que le permitirá retirarse a disfrutar de una existencia más grata que nunca. ¿Quién no se aferraría a una ocasión semejante? ¿Quién no recogería la cartera o asumiría la oportunidad de ese negocio? ¿Quién dejaría de reaccionar ante una fortuna semejante?

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